¿QUIÉNES SOMOS?
Misión
Las Misioneras de la Comunidad Cristiana vivirán inmersas dentro de las poblaciones más necesitadas, viviendo en oración, compartiendo su vida y sus bienes en común, acogiendo a todo aquel que lo necesite y dando testimonio de Jesús en cada una de su actividad del diario vivir.
Visión
Para el año 2026, las Hermanas Misioneras de la Comunidad Cristiana, mantendrán vivo su Carisma “La promoción integral del hombre”, llevando una vida calcada en el Evangelio, impregnando de él la misión en medio de las poblaciones más necesitadas y fomentando el crecimiento vocacional.
Nuestra Historia
La comunidad católica de carácter Diocesano y Canónico, Hermanas Misioneras de la Comunidad Cristiana, nace en el año 1973, de un deseo de nuestra fundadora la Hna. Alcira Castro Osorio, quién materializó su sueño de dedicar su vida y obra a los más necesitados, creando su propia comunidad en la que invita a otras mujeres a vivir a lo Cristo.
Oriunda de Facatativá, Cundinamarca, la Hna. Alcira nace un 15 de agosto de 1916, en una familia católica, conformada por 13 hermanos, cuyos padres, Salvador Castro y Mercedes Osorio, inculcaron en sus hijos valores y principios morales, además de un gran espíritu de superación, liderazgo y servicio. A sus 19 años, la joven Alcira, al recibir el llamado de Dios a servirle, decidió orientar su proyecto de vida hacia una vida religiosa ingresando a la comunidad de las Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena (Lauritas), allí se inicia en esta misión acompañando la obra de esta comunidad en varios lugares de Colombia y Venezuela. Fue mientras estaba fuera del país que recibió de nuevo el llamado de Dios, pero en este caso a crear una nueva comunidad, que siguiendo el ejemplo de Cristo, se instaurará en las comunidades más pobres, lo que motivó su regreso a su país natal.
En su arribo a Medellín, buscando ese lugar que le estaba esperando en donde comenzaría su obra, llegó al barrio Santo Domingo Savio, allí y gracias a la ayuda de una familia muy generosa, se instala en una casa humilde, lugar que con el tiempo se convertiría en sede de su propia comunidad, la cual llamó HERMANAS MISIONERAS DE LA COMUNIDAD CRISTIANA, inspirada en las primeras comunidades de apóstoles que siguieron las enseñanzas de Cristo, basadas en el amor y ayuda a los más pobres, cumpliendo así su sueño y carisma “La Promoción Integral de Hombre”.